El compositor español Francisco Coll (1985).

El compositor español Francisco Coll (1985).

                           Coll. In Extremis. 2009. 

Francisco Coll (Valencia, 1985), reside desde 2011 en la suiza Lucerna ante la imposibilidad de vivir en España de la composición de música contemporánea, pues ‹‹España tiene buenos artistas, pero les cuesta mucho conseguir oportunidades›› y sobrevive con becas y concursos de composición.

Joven prodigio en el afamado Conservatorio de Valencia, en 2004 recibió su primer encargo: un doble quinteto de metales para la Canadian Brass y la sección de metales de la Filarmónica de Nueva York. En 2007 la Orquesta de la Universidad de Valencia estrenó su Opus número 1 en el Palau de la Música, un éxito que le posibilitó ser discípulo en Londres del británico Thomas Adès en 2007-2011, ser uno los jóvenes compositores de la Sinfónica de Londres y fichar para el sello Faber Music. Lamenta el poco aprecio del público joven hacia la música culta contemporánea: ‹‹No nos educan para disfrutarla, pero también se lo ganaron los propios compositores de posguerra con obras que se alejaban del público, y la gente prefirió a los Beatles››. Ha terminado en 2013 una ópera de cámara, Café Kafka, a estrena en marzo de 2014 en el festival de Aldeburgh, en la Royal Opera House y en la Opera North en Inglaterra. Se exige ser un rebelde: ‹‹Hoy la disciplina [musical] es un acto de rebeldía. El compositor necesita ser inmoral. Cuando se escribe música, no debe pensarse en valores morales presentes ni históricos. No se puede componer con ideas, pero la música debe provocarlas.›› Y reivindica que sea minoritaria: ‹‹Si la cultura que se preocupa por la profundidad de las ideas está alejada de la banalidad del pop, mucho mejor. La música sinfónica no tiene por qué llenar estadios. Beethoven le puso música a la revolución y su pueblo le escuchó. Hoy se ignora a nuestros pensadores y se les sustituye por personajes de Gran Hermano o un futbolista famoso.››

Fuentes.

Suleng, Kristin. Francisco Coll / Compositor. ‘Cuando se escribe música hay que ser inmoral’. “El País” (4-I-2014) 56.